domingo, 10 de enero de 2016

El arquitecto de los “cholets” es destacado por The New Yorker

"¡Vale la pena!”, "¡Impresionante!” o "Realmente quiero ver los diseños por mi cuenta”, son algunas expresiones de usuarios de Twitter de habla inglesa sobre el trabajo del arquitecto boliviano Freddy Mamani y su propuesta de diseño que da de qué hablar en los dos últimos años.

Y es que la "nueva arquitectura andina” de vivos tiwanacotas con formas y colores de aguayos trascendió los límites de El Alto. La prestigiosa revista norteamericana The New Yorker, en su edición de diciembre de 2015, dedicó un reportaje-perfil a Mamani, creador de los llamados "cholets”.

"El arquitecto boliviano Freddy Mamani Silvestre no tiene una oficina, no usa una computadora o dibuja planos formales. Él esboza sus planes en una pared o los transmite oralmente a sus asociados”, se lee al principio de la nota que titula "High aspirations” (Altas aspiraciones).

Durante la pasada gestión, la obra de Mamani estuvo en boca de más de un curioso, un crítico, un arquitecto y de un ciudadano de a pie. El término "cholet”, con el cual se bautizó el particular estilo de este profesional, fue uno de los puntos de inicio del debate de esta propuesta arquitectónica nacida a más de 4.000 metros de altitud.

Mamani rompió los estilos y esquemas del diseño y la construcción para plantear desde la ciudad de El Alto una nueva forma de edificaciones. En sus obras se ve reflejada la identidad de la cultura andina, mezclada con expresiones de colores vivos e intensos. Además, la multiplicidad de formas geométricas le da un toque distinto.

"En la universidad nos forman bajo normas. Nos dicen que lo mejor es lo minimalista, que no contempla colores, porque si haces eso ya no eres arquitecto, pero en nuestra cultura (andina) no es así. A uno tiene que gustarle lo que hace y eso estoy haciendo”, declaró Mamani en una anterior entrevista con Página Siete.

La presidenta de la Cámara de Industria y Comercio de El Alto, María Cristina Soto, considera que es cierto que su obra tiene bastante color, pero que ello no significa que no sea una propuesta nueva para la arquitectura en sí.

"Estamos muy contentos por el resultado y por la forma en la que él ha podido trascender fuera de Bolivia como un aporte más a la ciudad de El Alto en su verdadera identidad y en su propuesta país y su propuesta mundo”, agrega.

Desde que su estilo se hizo visible, Mamani fue visitado por la prensa de varios países y su concepto del diseño y la arquitectura fueron objeto de debate en más de un escenario. "Cada una de sus casas tiene una fachada futurista, una planta baja comercial con escaparates de jazz , una sala de fiestas barroca en el entresuelo…”, concluye The New Yorker sobre este arquitecto artista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario